martes, 5 de agosto de 2014

¿Abuelos en huelga?

¡Dios no lo quiera!. Esta sería la respuesta de la gran mayoría de padres y familias cuyo ritmo de vida depende de los abuelos que hacen posible que el día a día salga adelante. La agenda está ajustada al milímetro y debe sacar adelante las obligaciones de los padres ante las exigencias del trabajo y de los niños con sus mil y una actividades. Mientras, en la agenda de muchos de nuestros mayores de lunes a viernes, cuando no también a domingo, solo figura una palabra y en mayúsculas, NIETOS.

Sin exagerar, el día que los abuelos de este país decidan hacer huelga la economía se resentiría más que si la hacen los famosos controladores aéreos, los camioneros o los ferroviarios. El sistema económico se vendría abajo y originaría un auténtico colapso social. Los planes de conciliación demostrarían su definitiva inutilidad y quedaría claro que aquí la verdadera conciliación laboral, familiar, personal, de pareja… se llama ABUELOS. Por eso repito, Dios nos libre de una huelga de abuelos. 

Lejos de tener vacaciones los abuelos siguen ejerciendo de canguros, y más si cabe, en verano. Son muchos con los que me paro a hablar y más de una conversación entre ellos escucho a la puerta de los colegios, ludotecas, piscina o escuela de danza: que ahora este come con nosotros pero el otro también; que después le llevo a inglés; que mañana tenemos dentista; que yo le llevo y el abuelo le trae; que este fin de semana también; que los padres están de boda porque se casa…; que si hazle el disfraz; que si arréglame la túnica de nazareno que mañana sale (con planchado incluido); que si el bajo del pantalón y los botones; que si ahora mi hija tiene turno de tarde; que si ahora un cumple y compra de paso el regalo; que si pásame la ITV del coche y mientras cojo el tuyo; que si…

Es verdad que cuando hablamos de abuelos en su vertiente de cuidadores de nietos el abanico es muy amplio tanto en edades, estados de salud, caracteres y personalidades. Pero lo que sí es común es que los nietos son una gran alegría para los abuelos, les rejuvenece y están dispuestos y con gusto a renunciar al paseo con las amigas, a la partida de cartas, al cine, al curso de pintura o al club de lectura. 

Ellos, como todos, también tienen sus límites y el problema aparece cuando los hijos traspasan esa línea. Si esto sucede el estar con los nietos implica cuidarles en dosis peligrosas para la salud y para su capacidad en general. Lo que se hace en principio con gusto con los nietos y por los hijos termina agobiando y se convierte en una obligación que hace mella. Ellos están encantados de echar una mano y dos si hace falta, el problema está, insisto, en el abuso. Soy de las que pienso que en los hijos está no traspasar la línea pues los abuelos, y sobre todo ellas, no saben decir que no a un hijo.

Los abuelos de hoy en día llevan el mismo ritmo que los nietos con el horario laboral de los padres. Al cabo del día han hecho natación, danza y los deberes y como alguna me decía “ya sé decir hasta hola y adiós en inglés”. La jornada laboral puede sobrepasar las 8 horas en más de un caso e incluye algún que otro fin de semana también. ¡Cómo no van a estar agotados!.


Entre los abuelos es fácil oír frases como estas:

“Échate a temblar cuando llega con las dos niñas y te dice que enseguida vuelve, fijo que las tienes a cenar sino es también a dormir”; “pues no me dice encima que el niño no se eche la siesta, hala para que por la noche no les de la tabarra a ellos“; “Estoy muy atada pero mientras yo pueda…”; “yo, ver y callar”; “y me dice mi hija que por qué no me apunto a clases de ordenador… para estar activa, le parecerá poca actividad la que tengo con los suyos y el de su hermano”; “ no si yo encantada pero…estoy un poco hartita”. 

En fin que con mayor o menor ironía que con mayor o menor abuso lo cierto y verdad es que los abuelos del siglo XXI son los grandes héroes de esta sociedad de eterna juventud en la que no son valorados porque no producen pero sin ellos los demás tampoco podrían producir. Nos lo hemos montado muy mal y esto tiene visos de pocos cambios. Estas generaciones salen adelante gracias a los abuelos, las siguientes no sé quién tirará de ellas. 

Como se pongan en huelga nos vamos a enterar y bien enterados.

Laura Figueiredo

PD. Os dejo este enlace sobre los abuelos y que no deja de estar relacionado con lo expuesto anteriormente “A ca la yaya”

https://www.youtube.com/watch?v=13LNtC0UtPc

1 comentario:

  1. Tienes más razón que un santo!!! Como siempre Laura. Si los abuelos se declarasen en huelga el sistema de esta sociedad se hundiría. Te felicito. Sacas temas candentes y repletos de veracidad. Paquita.

    ResponderEliminar