lunes, 9 de junio de 2014

¿Y si hubiera sido la Infanta Cristina?


Entonces la monarquía no sería tan perfecta y es que ningún sistema lo es. Son las personas quienes los hacen válidos en cada momento.

La noticia de la abdicación del Rey Juan Carlos I hace una semana nos cogió a todos por sorpresa. Por muy esperable que fuera y por muy coherente que parezca era un tema que estaba ahí, pero no tenía ni día ni hora. 

Fue el lunes 2 de junio a las 10.30 y para mí fue en el metro de Madrid y a través de un whatsapp. Vibré y enseguida sentí que era otra fecha histórica para vivir en primera fila. Sentí la necesidad de compartir la noticia y no precisamente a través del “compartir” tecnológico sino a través de la comunicación directa con quien tenía al lado quien tampoco perdió el tiempo y tecleó rápido en su móvil. Y así poco a poco se fue enterando un vagón entero que comenzaba la semana en los túneles de Madrid. 

¿Y ahora qué? Pues no lo dudé, el Príncipe Felipe. No pude dejar de pensar que la otra opción de modelo de Estado, la república, está siempre muy presente en España, al menos en banderas y partidos políticos minoritarios. Era el momento para quienes tienen clara la opción “república sí monarquía no” y habría que ver hasta qué punto podían llegar a movilizar a sus seguidores y mostrar la fuerza que las “europeas” les habían dado. 

Cada uno tiene sus razones para defender una u otra opción y no todas son válidas pues, al margen de tener una Constitución, hay cosas que al menos a mí no me valen. No me vale el “yo no voté la Constitución”; no me vale “la monarquía es la mejor garantía de estabilidad” y menos aún “república o democracia”. Porque yo y muchos españoles tampoco hemos votado nada de lo que nos viene dado por la propia historia de siglos y que son parte de todos, nos guste o no nos guste; porque no todos los reyes precisamente han sido ejemplo de buen reinado y habría que decir que hay muchas repúblicas menos demócratas que una monarquía o monarquías más demócratas que más de una república. 


Por último, sobre quienes argumentan “las dos repúblicas que hemos tenido han terminado mal” pienso que sí, es verdad que la II República no terminó nada bien para España y para una generación, que aún está entre nosotros, pero también es cierto que tenemos que mirar el presente y el futuro. De los errores de entonces, tanto de la república como de la monarquía, tenemos que aprender para no repetir. Malo sería restablecer una república teniendo como ejemplo idealizado lo que tan mal terminó. Y me da que todavía hay más de uno que habla de república con esa visión. Tal vez necesitemos más más tiempo. 

Mi argumento a favor en este momento de la monarquía parlamentaria es tan simple como que con Juan Carlos I nos ha ido bien a España y a los españoles y que su sucesor, Felipe VI tiene el voto de confianza de una gran mayoría. ¿Qué ha habido malos momentos y meteduras de pata? (nunca mejor dicho). Por supuesto, no seré yo quien lo niegue pero la balanza se inclina claramente hacia lo positivo. No voy a repetir lo dicho estos días hasta la saciedad sobre el papel de rey en la transición y en el asentamiento de un sistema democrático; su trabajo como el mejor embajador y comercial español en el extranjero cuando nadie daba un duro por nuestro país… 

Tengo claro que no hay necesidad de cambiar lo que funciona o es que ¿alguien se plantea sustituir el sistema democrático por otra forma de gobierno?. No, porque la democracia, con todos sus defectos, no la ponemos en duda los españoles. Además, no es precisamente el momento más adecuado para andar con experimentos. Estoy segura que el momento para escuchar y plantear con más fuerza un modelo republicano llegará y además es legítimo, pero no hay razones para que sea ahora. 

El sistema hereditario, que le es propio a la monarquía, nos brinda ahora un nuevo rey que tendrá que responder a la confianza que se deposita en él y estaremos atentos por el bien de todos. Pero ese mismo sistema hereditario nos podía haber llevado a entronizar a la Infanta Cristina. ¿Defenderíamos entonces la monarquía? Lo que tengo claro es que entonces el rey no hubiera abdicado y las cosas las veríamos mucho más confusas. 

Laura Figueiredo 

P.D. En realidad empecé a escribir pensando en hacerlo sobre lo bien que nos iría si la misma eficacia, agilidad y consenso (PP/PSOE) que se ha puesto en la renovación y regeneración de la monarquía se pusiera en otras instituciones también esenciales para nuestra democracia y que por desgracia huelen bastante mal. Allí está sin ir más lejos el sistema judicial. Nos acaban de demostrar los partidos mayoritarios (todavía) que en dos semanas se puede cambiar de rey. 


FRASES A DESTACAR 

Tengo claro que no hay necesidad de cambiar lo que funciona 

No son tiempos para experimentos 

A Felipe VI todavía le queda camino para poder decir el “¿por qué no te callas?” de su padre.

2 comentarios:

  1. Hola Laura, leo tus opiniones siempre y como el nombre de tu blog indica siempre me parecen que tienen mucho sentido común pero no puedo estar más en desacuerdo con ésta y tu postura de defensa por lo que representan Juan Carlos y Felipe. Vamos a hacer un poco de Historia ya que hablas de la República como si la Segunda República tuviese la culpa de que unos descerebrados fascistas dieran un golpe de Estado. Te doy bibliografía para que te informes por ti misma con historiadores catedráticos como Julián Casanova o Ángel Viñas. También Enrique Moradiellos tiene buenos libros. Tras los cuarenta años de dictadura, un dictador señala a Juan Carlos como jefe de Estado. Es entonces cuando los medios del régimen empiezan a mitificar la Transición, llegando a decir que gracias al rey y a Adolfo Suárez España llegó a ser una democracia. Pues mira, la democracia la trajo el pueblo que luchó contra esa dictadura y contra el fascismo. No olvidemos que los primeros tanques que entraron en París cuando la liberaron de los nazis fueron los republicanos exiliados españoles. Como más datos apuntar que el periodo de más huelgas políticas en España en el siglo XX ha sido entre 1973 y 1975. En 1975 los países de la vieja Europa (salvo Portugal) tenían más que asentadas sus democracias y tan solo cambiaron de la noche a la mañana personas como Fraga por ejemplo que se acostaron franquistas y se levantaron demócratas. Y con respecto a Juan Carlos, decir que su papel en el 23-F no está nada claro, no se han permitido desclasificar documentos ¡después de 33 años! También haces mención a sus relaciones con otros países ¿con monarquías que no respetan los derechos humanos como Arabia Saudí o Marruecos? En cuanto a los negocios... Sus amigos del IBEX35 son los mayores ladrones del país, a todas las empresas salvo a dos se les encontró cuentas en paraísos fiscales y además cuentan con beneficios como tributar al 6% mientras una empresa pequeña lo hace al 50%. La monarquía no funciona, sus escándalos a lo largo de la historia son múltiples a pesar de que están muy bien protegidos y si queremos desarrollar un Estado verdaderamente democrático se debería preguntar al pueblo qué es lo que quiere. No vale con ir a votar cada cuatro años porque supongo que por ejemplo muchos votantes del PSOE votarían República. Además la Constitución española lo ampara con un artículo que dice algo así como "las decisiones de vital importancia para el funcionamiento del Estado podrán ser sometidas a referéndum". Todo esto está preparado para los ajustes que tiene que acometer el Estado español si no quieren que los hombres de negro (la Troika) se establezcan como en Grecia a gobernar un país. Esto quiere decir que la clase trabajadora será la que tenga que pagar las deudas de la banca privada socializada en la deuda pública. Salud y República. Y si Felipe quiere ser jefe de Estado que se presente a unas elecciones donde está la voluntad del pueblo no por la vía vaginal de nadie.

    ResponderEliminar
  2. Si nos olvidamos de:
    - Si el príncipe está preparado o no.
    - Si el príncipe hará un buen trabajo o no.
    - Si el rey ha sido beneficioso para el desarrollo del país.
    - Si la monarquía o la república son buenas o malas por si mismas.
    Olvidándonos de todo lo que rodea al debate monarquía o república, la pregunta que no paro de hacerme es:
    ¿Que sentido tiene, en la época actual, y estando en una país que considero desarrollado (aunque a veces parece que no), que alguien tenga derechos de sangre?
    Sinceramente, creo que el príncipe es una persona sensata, preparada y que puede hacer un buen papel como jefe de estado. Lo malo es que si fuera un sinvergüenza, nos lo tendríamos que tragar de igual forma..... Increíble......

    ResponderEliminar