Opinión con sentido común.

Tengo claro que, ahora más que nunca, es necesario que el sentido común opine y se exprese, que se oiga y sobre todo que se escuche.

Desde este nuevo espacio en la red, tan virtual como cercano a todos, quiero verter junto a vosotros opiniones, preguntas, intereses, dudas, conocimientos e inquietudes. Experiencias tan personales como comunes a la generalidad de las personas. Lo que me pasa a mí le pasa al vecino y al amigo y al compañero de trabajo y al médico que me atendió esta mañana, a quien llega a casa vendiendo una lata de riquísimas berenjenas o a la tele-operadora que me ofrece un seguro todos los días a la hora de comer.

Soy de las que piensa que la gente del “montón”, dicho como un privilegio, es decir la gente normal, llevamos vidas paralelas con las mismas prisas y respiros, los mismos problemas y alegrías… Somos esa mayoría aplastante que regimos nuestras vidas por el sentido común, con pocas licencias en el camino.

Precisamente a ese sentido común es al que quiero apelar desde este espacio. Se pone de manifiesto que son muchos quienes nunca lo han abandonado y que cada vez más lo recuperan bien por necesidad bien por convencimiento. Está presente en la vida de muchos aunque a penas aparezca en titulares y telediarios.

Por ello mismo parece que no existimos. Porque el sentido común no hace ruido y actúa callado y sigiloso buscando soluciones y resolviendo sin gritos ni protagonismos. Se mueve de forma individual o en grupos reducidos. Actúa y se mueve, insisto, pero no se oye, no se pronuncia, no opina, ni queda escrito.

Tengo claro que ahora más que nunca es necesario que el sentido común opine y se exprese, que se oiga y sobre todo que se escuche. Porque tal vez para opinar sólo se necesita precisamente sentido común y sobre todo querer expresar y compartir con los demás ese sentido. Sin más pretensión que la de sentir que estamos, existimos y que somos muchos.

El sentido común nos indica que para opinar hay que olvidar los extremos, los prejuicios, rencores y resentimientos, las venganzas y sobre todo el querer herir y hacer daño. Opinamos porque existimos y porque estamos convencidos de que podemos tanto dar como recibir. Porque ese sentido no es igual para todos pero siempre parte de un querer entender, saber y conocer para poder formar criterio.

Dejemos a los profesionales y especialistas que sigan opinando, sigamos escuchándoles pero opinemos nosotros también desde la voluntad de aportar, de ser activos y de hacer del sentido común una herramienta que interpele a quienes deciden. No debemos estar dispuestos a dar un cheque en blanco a quienes manejan nuestras vidas que no son sólo políticos, allí están los bancos; las multinacionales, las empresas mayores o menores con objetivos económicos inhumanos; horarios laborales de sol a sol; la publicidad agresiva; los medios de comunicación sin principios; la competitividad malsana; las nuevas tecnologías ¿nos liberan o nos esclavizan…?... La vida es mucho más sencilla que todo eso, eso sí, siempre que haya sentido común.

Laura Figueiredo Yturriaga.

3 comentarios:

  1. Respecto al párrafo: "El sentido común nos indica que para opinar hay que olvidar los extremos, los prejuicios, rencores y resentimientos, las venganzas y sobre todo el querer herir y hacer daño. Opinamos porque existimos y porque estamos convencidos de que podemos tanto dar como recibir. Porque ese sentido no es igual para todos pero siempre parte de un querer entender, saber y conocer para poder formar criterio."

    ¿No crees que a veces se hiere a las personas incluso desconociendo que se hace?
    Porque la posición individual no parte desde un absoluto sino que se dan vinculaciones intersubjetivas que propinan diversas posiciones, visiones y versiones que acaban en consecuencias a veces negativas.

    Vease este ejemplo como evidencia de lo que digo:
    Alguien dice en un grupo de amigos: "Pues considero que nadie debería quedarse sin hogar porque es un derecho constitucional". Alguien de los amigos se levanta ofendido o mejor aun, le recrimina el estar del lado de "los otros" y pronuncia la temida frase "No espereba esto de ti".

    Tal vez parece que a veces incluso tememos el pronunciar lo que hemos mascado en nuestras cabezas por miedo a la pérdida de un estatus o una posición social.

    Un saludo y los mejores deseos para este blog y para que tu sentido común, para sea cada vez más común.
    Jorge.

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  2. Te felicito por tu iniciativa Laura, creo, como tú, que el sentido común abunda en nuestra sociedad más de lo que parece.
    Las posiciones extremistas me parecen peligrosas, sobre todo porque creo que nacen de no querer conocer y escuchar a los demás.
    Ojalá tengas en tu blog el gran seguimiento que mereces.
    Un abrazo.

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    1. Laura, seguro que tu conoces a personas que conservan el sentido común y a otras que lo han abandonado, a éstas últimas les recomiendo que se aficionen a tu blog porque en él encontraran las bases para no volverlo a perder.
      Un abrazo y mucha suerte en esta nueva aventura.
      Paquita.

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